martes, 12 de agosto de 2008

La vida

De la vida, lo esencial es la vida misma, lo es porque dependemos de ella, porque no podemos tener ni entender otra forma de existencia; porque nuestros ámbitos se circunscriben a la permanencia en nuestro cuerpo y el entorno que le rodea. Sin embargo, si sustrajéramos la vida de esa forma estrecha de ver y de sentir, si ampliáramos el pensamiento en espacio y tiempo, si intentáramos comprender el infinito de posibilidades que nos rodean, tal vez, solo tal vez entenderíamos lo grande de la existencia.

La vida es un embeleco que alguien nos contó, y lo creímos. La vida que construimos paso a paso es el producto de los intereses de alguien que no somos nosotros; la vida es el producto de los intereses de nuestros padres, los amigos, los maestros, la familia, el sistema. Es un espacio retorcido por la esperanza, es una pretensión para el futuro, es una madeja de ilusiones proyectada entre generaciones.

Caminamos tras la fortuna, sin entenderla; oramos por la salud sin cuidarla, pretendemos la gloria sin buscarla, añoramos la ternura y el amor, sin cultivarles; perseguimos sueños, sin planearlos, caminamos por la vida sin explicarla.

Basta con preguntarse, quien soy; y nos quedamos sin respuesta; podemos responder con nuestro nombre y solo estaremos diciendo como nos llaman; podemos responder con nuestra actividad y eso es solo lo que hacemos; podemos responder que somos hijos de alguien y eso solo es nuestro origen. Entonces que somos?

Cuando a Jesús le preguntaron quien era, tenía una respuesta clara; "Yo soy la luz, la verdad y el camino" y tenía la respuesta; sabía quien era. En cambio nosotros no sabemos, no hemos definido quien o que somos; sabemos lo que queremos, sabemos hacia donde vamos, sabemos lo que soñamos, en veces entendemos lo que nos pasa; pero hasta ahí.

La vida, ese imponderable por el que a diario nos damos la batalla, ese impredecible que se extingue en menos de un segundo, ese impreciso que nunca definimos; esa fuerza o actividad interna y sustancial, mediante la que obra el ser que la posee; y aún no la definimos.

La vida es el conjunto de todas esa pequeñas cosas que suelen sucedernos, es la continuidad y permanencia en el tiempo, es la ocupación de un espacio, es la ocurrencia de unos acontecimientos grandes o pequeños; es lo que somos; luz, verdad y camino.

Cuando pequeños, correteamos por ella; cuando medianos, despilfarramos su esencia; cuando adultos nos preocupamos de ella y cuando ancianos, lamentamos perderle lentamente, la perdemos en ese otro indefinible en que transcurrimos; el tiempo.

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